lunes, 14 de noviembre de 2011

VOLADORES DE PAPANTLA

Patrimonio Intangible, Espíritu Latente: El significado único de cada pueblo, la esencia de cada cultura y el espíritu de cada individuo, representan sin duda alguna la mejor herencia para las futuras generaciones es decir Nuestro Patrimonio Intangible.


Veracruz uno de los estados más hermosos que forman parte de nuestra Republica Mexicana posee uno de los mas interesantes secretos que la humanidad pudiese sentir. La esencia de su historia, la calidez de su gente, la sonrisa de cada pequeño y por supuesto la picardía de cada jarocho forja en cada visitante la imagen de un pueblo que más que edificios, muelles y museos representa el espíritu de nuestros antepasados que sigue latente en cada nuevo ser. Aunado a ello Veracruz en uno de sus municipios nos muestra a través de su gente que pueden pasar los años pero sus raíces no se borraran jamás; refiriéndonos al Totonacapan, donde un día la sequia de un pueblo, llevo a los viejos sabios a encomendar a unos jóvenes castos localizar y cortar el árbol más alto, recio y recto del monte, para utilizarlo en un ritual complementado con música y danza, con el fin de solicitar a los Dioses su benevolencia para que les concediera lluvias generosas que devolvieran su fertilidad a la tierra.


Es así como nacen los voladores de Papantla después del buen resultado que dio esa celebración fue acogido como un tributo que debería realizarse periódicamente, convirtiéndose en una práctica permanente, que en un principio se llevaba a cabo al inicio de la primavera, para esperar una buena fertilidad. Actualmente, las fechas varían según la región.

La Ceremonia Pájaros Voladores de Papantla es un culto que debe realizarse en la parte superior del tronco, para que las oraciones expresadas con fervor sean escuchadas en las alturas por sus protectores. Este Patrimonio Intangible representa unas de las más hermosas riquezas que el Estado puede poseer porque la combinación de Cultura, trajes, bailes, danzas pero sobretodo de Fe muestran un pueblo que tiene latente la presencia de sus antepasados; en su Danza de Voladores la música se encuentra a cargo del caporal, quien ejecuta con un tamborcillo y un flautín todas las melodías: el tamborcillo, elaborado de madera con dos vistas de cuero, se sujeta a la palma de la mano del caporal por medio de un amarre a manera de pulsera; se golpea con una pequeña baqueta o vara de madera liviana que marca el ritmo. El flautín de carrizo con tres orificios complementa las notas del ritual. La sencillez de los instrumentos no constituye una limitación; al contrario, demuestra una gran creatividad y los conocimientos de armonía y acústica que posee el pueblo totonaco.

Lo anterior solamente describe la presencia de un elemento importante para la humanidad;  su Patrimonio Intangible que como su nombre lo describe no se toca, no se rompe, pero que si se siente, se muestra y se fortalece día con día sembrando en el Corazón de cada Veracruzano y de cada visitante la imagen solida de la Fe de un Pueblo que si cree en que las cosas Suceden y suceden para el bien de la Humanidad.

LA GUELAGUETZA " FIESTA DE LOS LUNES DEL CERRO"

Herederos de una poderosa cultura multiétnica que atrae por su autenticidad, Oaxaca es un gran mosaico étnico y cultural que se expresa en múltiples lenguajes, danzas, cantos, vestidos y costumbres que gran diversidad. 



Su identidad y valores cobran vigencia en las festividades que son fiestas llenas de misticismo, alegría y vigoroso colorido que se llevan a cabo con verdadero entusiasmo por los oaxaqueños.Guelaguetza es una palabra zapoteca que denota el acto de participar cooperando; es un don gratuito que no lleva consigo más obligación que la de la reciprocidad. La Guelaguetza de los  Lunes del Cerro se expresa en la ofrenda a la Ciudad de Oaxaca que hacen grupos representativos de las ocho regiones tradicionales:
§  Los Valles Centrales
§  La Sierra Juárez (Norte)
§  La Cañada
§  Tuxtepec
§  La Mixteca
§  La Costa
§  La Sierra Sur
§  El Istmo de Tehuantepec

Cada delegación presenta una muestra de su patrimonio cultural a través de bailes que ejecutan al son de
la música y los cantos que les son propios, vistiendo indumentaria de gala de sus respectivos pueblos. Al
terminar, cada grupo distribuye entre el público su "Guelaguetza" compuesta por objetos característicos sus respectivas regiones.  

A estas festividades, pronto se agrego el entusiasmo de los indígenas residentes en los pueblos que circundaban la ciudad, particularmente los de "Guaxaca", que era la capital del Marquesado del Valle concedido a Hernán Cortés por el rey de España, y el Xochimilco, que había sido fundado en 1521, por órdenes del propio Hernán Cortés, al norte de la mencionada ciudad. Ellos, mantenían sus propias tradiciones, según las cuales, celebraban una festividad dedicada a Centéotl, diosa del maíz tierno o elote, a quien hacían grandes honores y ofrendas.
Recientemente se han agregado a estas fiestas otros espectáculos folklóricos para esparcimiento popular, tales como el desfile de las delegaciones organizado a la manera de la Calenda tradicional y que se lleva a cabo el sábado anterior al primer lunes.
Esta calenda la encabeza la "marmota", que es un gran farol esférico cubierto de tela, los "gigantes", las "chinas oaxaqueñas", mujeres de la ciudad portando canastas enfloradas acompañadas de su banda de música y los coheteros; les siguen las demás delegaciones, cada una de ellas precedida de la música propia de su región.
Al día siguiente que es domingo, se realiza en la Plaza Central la elección de la representante de la Diosa Centéotl que presidirá las fiestas. En este acto contiende una aspirante de cada delegación. En este certamen no se busca elegir a la más bella o a la más suntuosamente atavida, sino a la más representativa y conocedora de la tradición de su pueblo.
Por las noches ese mismo día se realiza el Bani Stui Gulal (repetición de la antigüedad) que era una representación de la historia de los Lunes del Cerro en sus diferentes épocas.
El lunes a las cinco de la mañana, los "chirimeteros" de los Valles Centrales, tocan las "mañanitas" al cerro, con pitos, tambores y chirimías, mientras la gente empieza a llegar al cerro, en donde toman un suculento almuerzo oaxaqueño, antes de entrar al auditorio en el que la marimba y los chirimeteros ofrecen una audición a los asistentes. A las diez de la mañana da inicio la Guelaguetza.
Por la tarde, en el mismo auditorio tiene lugar la presentación de la leyenda de la Princesa Donají, hija del rey zapoteca Cosijoezay de la princesa Coyolicatzin.
Al parecer, esta fiestas tiene su origen en la época colonial y están relacionadas con la llamada fiesta de Corpus de la Iglesia del Carmen Alto, templo que las Carmelitas construyeron en las faldas de un cerro al que los zapotecas habían llamado de la Bella Vista, y se celebraba el domingo siguiente al 16 de julio y se repetía ocho días después en la llamada "octava".
Entre el primer lunes y su octava tienen lugar diversas actividades tales como muestras gastronómicas y artesanales y representaciones costumbristas de las más diversas comunidades del estado, así como exposiciones, conciertos y otra serie de eventos de trascendencia cultural organizada por las instituciones que difunden la cultura de Oaxaca en todas sus manifestaciones. En la "Octava" o segundo Lunes del Cerro, se repiten el "Bani Stui Gulal", la "Guelaguetza" y la "Leyenda de la Princesa Donají".


En las fiestas del los Lunes del Cerro se vuelca el entusiasmo popular por continuar con las antiguas tradiciones. Por más de 40 años, tradicionalmente las "Fiestas de los Lunes del Cerro" se celebran en la Cd. de Oaxaca, los dos lunes siguientes al 16 de julio, sin embargo este año han sufrido una modificación (25 de julio y 1 de agosto 2011). La Guelaguetza constituye un acontecimiento en el que participa todo el pueblo, sin distinción de estatus social.
La inevitable interrelación entre los grupos y el empeño de los evangelizadores para hacer aceptable la imposición de los ritos católicos, hizo posible el fomento de un culto en el que se incorporaron elementos de la tradición indígena, haciendo más festivos y espectaculares los actos litúrgicos externos, desde el momento en que indios, negros y españoles empezaron a convivir más intensamente.

Celebración de día de Muertos, Naolinco

Las celebraciones del día de Todos Santos y día de muertos en Naolinco de Victoria, Veracruz  se tratan de una festividad sin igual, con mucho sentimiento, color y pasión. Situado a tan sólo 32 kilómetros de la Capital de Veracruz, Naolinco es una población de obligada visita en el Estado. En estos días en que se celebran estas importantes festividades religiosas, percibirás al caminar entre sus pintorescas calles el aroma a cempasúchil e incienso, así como del exquisito olor de pan recién hecho, mole, tamales y mucho más delicias de su riqueza culinaria.



 Lleno de creencias y tradiciones, Naolinco es un lugar que guarda reverencia a todos los fieles difuntos a través de ceremonias que muestran la devoción de esta tradición. Todo inicia unos días antes del 29 de octubre, con los preparativos para la muestra de altares así como la venta de las flores, fruta, figuras de azúcar y dulces de jamoncillo, entre otros.
Estos altares se forman tradicionalmente por escalones o niveles, que se dice son los que tiene que pasar el alma de un difunto para descansar. Cada escalón tiene un significado y se forra en tela con adornos de papel picado. Asimismo cada uno de ellos debe contener ciertos objetos en específico.


En el primer escalón, la foto de San Mateo, patrono del lugar, o la virgen o santo de devoción de cada familia; el segundo escalón está destinado a las ánimas del purgatorio (aquellos que han muerto sin el sacramento del bautismo); en el tercero se coloca la sal para los niños del purgatorio; en el cuarto nivel se coloca el pan de muerto; en el quinto se pone la comida típica como mole, tamales y la fruta que fueron los preferidos por el difunto; en penúltimo nivel se coloca la foto del difunto a quien se dedica el altar y en el último nivel una cruz. Para finalizar frente al altar se coloca el sahumerio con copal e incienso y frente a éste se coloca una cruz formada con los pétalos de flor de cempasúchil…
Así también, estos altares están protegidos por arcos que son adornados con flores de cempasúchil y palma, y de él se cuelgan frutas como manzana, plátano, mandarina, y pan de muerto; además, frente al altar se colocan dos velas, y un camino de pétalos de cempasúchil hasta la entrada de la casa que según la tradición guiará a las almas de los difuntos, ya que su aroma los hace llegar.

Para este municipio, cada una de las fechas corresponde a un fiel difunto en especial:

• El 29 de octubre es dedicado a aquellos que mueren asesinados o en un accidente.
• El día 30 de octubre se celebra a los niños del limbo, siendo aquellos que mueren sin el sacramento del bautismo, es por ello que en este día se añaden al altar dulces, juguetes y/o alguna pertenecía del difuntito.
• El 31 de octubre se dedica a los niños, y se colocan flores blancas, pan, atole, tamales de dulce, frutas, vasos con agua para mitigar su sed y un plato con sal. Cada vela que se enciende representa a un niño muerto, posteriormente se enciende el sahumerio con copal e incienso, elementos que simbolizan el aire y la tierra.
• El 1 de noviembre se dedicada a los fieles difuntos mayores para quienes se agregan los cigarros, el aguardiente, tamales de chile, mole, vasos con agua, entre otros, se enciende el sahumerio con copal e incienso, y además se lleva a cabo la tradicional “Cantada” y muestra de altares en la Casa de la Cultura “Miguel Mata y Reyes”.
• El 2 de noviembre, se dedica a la visita del cementerio; es por ello que, los pobladores llevan sus coronas, flores y velas para alegrar al difunto.Y a partir de las 12 horas de ese día, los naolinqueños celebran en la capilla la misa en recuerdo de los difuntos, para después permanecer a lo largo de toda la noche en el panteón, despidiéndolos acompañados con la luz y el calor de las velas.


                                 http://turismoenveracruz.mx/2010/10/naolinco-y-dia-de-muertos/

CELEBRACIÓN DE LA PASCUA EN GRECIA

La Iglesia ortodoxa celebra la Pascua el primer domingo después de la primera luna llena que sigue al equinoccio de primavera, según el Calendario Juliano. La Pascua es la festividad más importante en Grecia, y también la más alegre, porque simboliza el renacimiento (de modo literal y figurado). Los griegos suelen festejarla al aire libre, a menudo en sus localidades de origen.


Los cuarenta días de Cuaresma empiezan con el Lunes Limpio o Lunes Puro, equivalente al Miércoles de Ceniza de los católicos. Las familias suelen ir al campo y comer platos típicos a base de legumbres, verduras, pescado y marisco (el más famoso de los platos es el bacalao frito), y hacen volar cometas
Con el Domingo de Ramos (Κυριακή των Βαΐων) termina la Cuaresma y al mismo tiempo empieza la Semana Santa. Por la mañana todas las iglesias ofrecen a los fieles hojas de laurel bendecidas, recordando así la entrada triunfal de Jesús en Jerusalén.

El Lunes Santo está dedicado a la memoria de José, empiezan las preparaciones para la celebración de la Pascua.

El Martes Santo está dedicado a las diez vírgenes que simbolizan la fidelidad y la prudencia. Por la tarde en la iglesia se canta el tropario (breve himno de oración) de la monja Kassia (en griego Κασσιανή), uno de los más bellos himnos eclesiásticos.


El Miércoles Santo está dedicado a la memoria de la mujer pecadora que se arrepintió, creyó en Cristo y mojó sus pies con perfume. Por la tarde en la iglesia el sacerdote unta aceite a los fieles en la frente, las mejillas, en la barbilla y en las manos haciendo la señal de la cruz, se cree que tiene propiedades curativas.

El Jueves Santo está dedicado a la Última Cena. Se leen los doce Evangelios que describen la Pasión de Cristo. Después del quinto, se coloca en la iglesia una cruz de madera con Jesucristo crucificado. Durante la noche del Jueves Santo y hasta la mañana del Viernes Santo se quedan los fieles, sobre todo mujeres, para llorar cantando himnos al Cristo. En las casas se pintan huevos cocidos de rojo. En este día también se preparan panes en forma de trenza (en griego la palabra es τσουρέκι) con un huevo rojo en su centro. El Viernes Santo está dedicado a la Pasión de Jesús y la Crucifixión. Es el día de duelo y en las iglesias se coloca el Epitafio (Επιτάφιος), la representación simbólica de la tumba de Cristo, que se cubre de flores. Al atardecer los fieles cargan el epitafio y lo llevan en procesión por las calles. La gente lo acompaña llevando velas encendidas de color amarillo.
                                      
El Sábado Santo está dedicado a la sepultura de Jesús y su descenso al Hades (el inframundo de la antigua Grecia). Poco antes de la medianoche todas las personas llevan consigo grandes velas y van a la iglesia, donde se celebra la Misa de Resurrección. El sacerdote llega entonces por detrás del altar llevando el cirio con la llama eterna y anuncia la Resurrección de Cristo. Luego, con esa misma llama va encendiendo las velas de las personas que están cerca de él, y estas a su vez encienden las de las otras personas. Esta llama llega especialmente ese mismo sábado con un avión militar desde Jerusalén y es distribuida a los sacerdotes de todas las iglesias del país que a su vez la distribuyen esa noche a los feligreses durante la misa. Esa luz sagrada es solo una y va pasando de mano en mano a través de toda Grecia.                     
Al anuncio de la Resurrección cada uno dice al otro la frase: Χριστός Ανέστη! (Cristo ha resucitado), las campanas comienzan a repicar, los fuegos artificiales explotan en el cielo y las personas se abrazan y intercambian buenos augurios. Es costumbre que cada uno lleve a su casa la vela encendida y que antes de entrar haga con el humo de la vela la señal de la cruz sobre marco superior de su puerta para propiciar la buena fortuna y llevar bendiciones a la casa.

Esa noche la familia y los amigos se reúnen en una cena tardía (después de la medianoche) y dan fin al período de ayuno tomando una sopa especial, mayirítsa (μαγειρίτσα), hecha con las vísceras del cordero que se asará al día siguiente para la comida pascual. En general se hace con el hígado, los riñones y los intestinos del animal, y se condimenta con limón, cebollas, arroz y otros vegetales.

Al día siguiente (Domingo de Resurrección) es costumbre que los hombres se levanten temprano y comiencen a preparar el fuego para asar el cordero que será el plato principal de la comida pascual, mientras las mujeres terminan de preparar toda clase de entradas (μεζέδες) que ofrecerán a los amigos y parientes.